Maria Maquieira

Entrevista completa

¿Puedes explicar cuál es tu negocio?

Soy dibujante e ilustradora, así que todo mi proyecto gira en torno al dibujo. Trabajo desde su uso más clásico: colaborando con galerías, venta directa al cliente de mis obras, hasta en su faceta más multidisciplinar, dialogando con muchas otras disciplinas tanto artísticas: con la música, con el teatro a través de las escenografías, con la danza, con el cine… (formo parte también de una pequeña productora de cine llamada Annanià Films) como académicas: colaboro con filósofos, psiquiatras… Tengo además una tienda online con ilustraciones, y un club del dibujo también online, en el que difundo temas culturales, didácticos e interesantes sobre arte, historia y creación artística.

¿Cómo estás afrontando la actual situación económica?

La verdad es que mi profesión, al estar tan ligada a la incertidumbre y a los ingresos fluctuantes, nos obliga a estar siempre en guardia ante lo que pueda pasar, así que estoy situación no nos coge con la guardia bajada. Trabajo mucho cada día para mantener mi cadena de proyectos siempre activa, y confío mucho en mis capacidades para salir adelante. Trato de no dejarme llevar por la preocupación, para así centrar mi energía en la responsabilidad de seguir avanzando y concentrada ante las oportunidades. Pienso por otro lado mucho en mi sector, en mis compañeros no solo dibujantes sino también músicos, técnicos, escenógrafos… y en cómo me gustaría que la cultura pasase a ser realmente valorada en nuestro país; vemos que este debate empieza a colocarse sobre la mesa tras el confinamiento, pero todavía falta mucho para que se comprenda realmente la naturaleza de las profesiones artísticas, y con ello, la adopción de medidas que verdaderamente nos protejan.

¿Cómo afecta el COVID a tu negocio?

Ciertas exposiciones ya cerradas han caído, pero otras han aparecido. El formato online nos ha permitido realizar eventos a través de internet, los cuales, aunque no tengan la misma calidez que supone el poder realizarlos en persona, también abren puertas en mi sector. La pausa que ha supuesto que todo se parase, también me ha permitido centrarme con más calma y tiempo en proyectos que tenía sobre la mesa y sin finalizar. Aquello que más echo de menos es el trato directo con la gente, lugar desde el cual se trabaja, crea y comparte, de forma más bonita y cercana.

¿Qué dirías a quien se está planteando emprender como una opción de vida? 

Emprender es una opción arriesgada pero también llena de ventajas. Creo que lo fundamental es conocer y mentalizarse sobre las reglas del juego: cómo el arranque supondrá mucho esfuerzo hasta llegar a la meta tras un medio o quizás a largo plazo, cómo uno tiene que trabajar muy bien la gestión de la incertidumbre, pero como al mismo tiempo el poder ser dueño de tus horarios, días y tiempo, además de la satisfacción de sacar adelante algo que es completamente tuyo, es algo que merece la pena. Si iniciamos un negocio, proyecto, modo de vida que nos apasiona, emprender se convierte en todo un reto y bonita aventura.